lunes, 16 de mayo de 2022

Neuroeducación: ¿PURA CHALLA? 🎉🎊🕵️‍♀️

 

La “moda mesiánica” de la Neuroeducación, ha provocado una irrupción en el marketing por algunos grupos, quienes la proponen como la solución a los temas en que la Educación está al debe; sin embargo, no todo lo que brilla es oro y, de charlatanes estamos llenos.

A pesar de tal irrupción, esta disciplina no ha llegado con la fuerza esperada a las aulas, de hecho, profesionales tales  como coaching educacionales, educadoras diferenciales y psicopedagogos son los que recomiendan “utilizar la inteligencias múltiples, porque hay estudiantes kinestésicos, visuales, etc.” Complejo es opinar  frente a lo anteriormente descrito, cuando se es profesora y, sobre todo  de ciencia.  

El presente escrito buscar evaluar la inclusión de la Neuroeducación por el  profesor de aula. En concreto, este ensayo sostiene la tesis de que la Neuroeducación no ha sido integrada por el profesor de aula, ya que existe una gran distancia entre lo que se conoce actualmente del cerebro y aprendizaje y, su aplicabilidad en la enseñanza.  Para defender esta idea, en una primera instancia, develaré los neuromitos de la Neuroeducación, para luego evaluar la inclusión de la Neuroeducación por el  profesor de aula.

Ocampo (2019) señala que la diversificación de lo “neuro” para obtener credibilidad, ha abierto nichos pseudocientíficos como la neurolingüística, el neuromarketing, la neuromúsica y neurojurisprudencia. Asimismo, en la Neuroeducación se han difundido ampliamente los “neuromitos”. Pérez Zafrilla (2019) afirma que los neuromitos se fundan en  el escaso conocimiento alcanzado por la  Neurociencia sobre cómo funciona el cerebro y, por tanto, se cuestiona el uso que ciertos autores dan a datos de corto alcance o escasamente probados, para aportar claves en la mejora de los sistemas educativos.

Entre estos neuromitos Codina Felip (2014) en Pérez Zafrilla (2019) los resume en:

1)         Las personas sólo utilizan el 10% de su cerebro.

2)         El cerebro tiene una capacidad ilimitada.

3)           Se puede mejorar la memoria.

4)         La teoría de las inteligencias múltiples.

5)         Todo lo importante para el cerebro se determina entre los 0 y 3 años.

A estos se le suman: los hemisferios cerebrales son independientes, la gimnasia cerebral favorece la conexión entre los hemisferios, el azúcar reduce la capacidad atencional, en Carballo (2019).

 

En este orden de ideas, la Neuroeducación está lejos de ser una metodología que a partir de recetas mágicas le diga a la Educación como mejorar a través de estos neuromitos. Una vez aclarados, cuales son estos neuromitos y dejándolos de lado, podremos discutir respecto de la integración de la Neuroeducación  por el profesor de aula.

Entre los argumentos a favor de la inclusión de la Neuroeducación en el aula podemos encontrar:

Desde Ocampo (2019) se afirma que debido a que el aprendizaje está íntimamente  relacionado con el funcionamiento cerebral, la inclusión de la neurociencia  es altamente conveniente para la Educación. En tanto, Pérez Zafrilla (2019) señala que conociendo cómo funciona el cerebro es posible diseñar sistemas educativos que se ajusten al cómo el cerebro asimila más fácilmente el conocimiento.

Para  Araya- Pizarro & Espinoza (2020) el vínculo entre Neurociencias y Educación permite establecer un nexo a partir del aprendizaje, indicando que el proceso de enseñanza-aprendizaje será efectivo si se intenciona el aprendizaje de los estudiantes considerando componentes cognitivos y  emocionales.  En este escenario, la Neuroeducación es un área potencial para optimizar  estrategias educativas basadas en el estudio tanto teórico como empírico de los procesos mentales del cerebro.

Entre los argumentos en contra de la inclusión de la Neuroeducación en el aula, se encuentran:

Carballo (2019) afirma que entre los obstáculos entre la Neurociencia y la Educación se encuentran el que estas disciplinas no tienen los mismos objetivos de investigación, ni la misma aproximación teórica, ni metodológica en su estudio del aprendizaje.  Asimismo, que estudios de áreas como genética o neurología tienen nulo o escaso impacto en la Educación, debido a la dificultad de llevar las conclusiones a la práctica docente.

Vos (2016) se pregunta: “¿Dónde está la Educación en la Neuroeducación?”, escrito donde critica a la Neuroeducación por no ser suficientemente científica y populizar la ciencia real.

Cigman y Davis (2009) en Ocampo (2019) afirman que la Neurociencia no podría dar cuenta de la naturaleza del aprendizaje.

Pues sí, el puente entre la Educación y la Neuroeducación es el aprendizaje, es indiscutible. Una diseña el cómo enseñar  a partir de diversas estrategias y la otra le dice qué puede hacer para enseñar, basándose en el conocimiento del cerebro. No obstante, como afirma Carballo, existe el desencuentro tanto en objetivos, metodología y fundamentación teórica, lo cual hace que este diálogo no llegue a las aulas.

Existe una gran distancia entre lo que se conoce desde la Neurociencia y lo que en realidad puede ser aplicado en una sala de clases; más aún, si se pretende que la Neuroeducación sustituya las prácticas pedagógicas obsoletas y sin mayor impacto, claro está, que es la pedagogía quien debe hacerse cargo de desarrollar las estrategias para la enseñanza y aprendizaje, y, es aquí que la Neuroeducación puede aportar al diálogo, con directrices, tales como que la emoción es un componente esencial para el aprendizaje, que existe la plasticidad cerebral, que el tiempo de atención de los estudiantes es de diez minutos, la mejor herramienta para enseñar y aprender es la palabra; que comer bien, dormir lo suficiente y cierto ejercicio físico ayudan a aprender mejor; una buena clase debe iniciar con lo que más interesa a los estudiantes,  que las preguntas son fundamentales para guiar el estudio, para recuperar lo que se quiere se debe guiar el estudio en vez de repetir el contenido. No es  recomendable que la lectura global  reemplace a la fonética.

Pero, algunas de estas indicaciones, ya se habían planteado en Educación. Efectivamente sí, pero no se no tenían la base científica de la Neurociencia. Y se suscita el problema de la aplicabilidad.  Haciendo  un mea culpa desde la pedagogía, las directrices están, pero si no están incorporadas en los currículos y reglamentos educacionales, el profesor no las aplica; sino se le dice cómo incorporarlas, sencillamente no se hace; transformándose en ideas vagas, que están, han estado, pero no se llevan a la práctica. Tomando las palabras de Vos (2016) “¿Dónde está la Educación en la Neuroeducación?”, es un llamado de atención, en el que la Educación está al debe en este diálogo con la Neurociencia.

 

Tomado de Carballo (2019)


No obstante, se está trabajando en estudios que sí permitan llevar la Neurociencia al aula, por ejemplo, cita Carballo (2019) el papel de las funciones ejecutivas en los procesos de aprendizaje y adaptación y como promover su uso de manera contextualizada, trastornos en el neurodesarrollo y dificultades de aprendizaje, es de esperar que estas iniciativas tengan éxito, en pos del aprendizaje.

 

 

Referencias.

Araya-Pizarro, S.C., Espinoza Pastén, L. (2020). Aportes desde las neurociencias para la comprensión de los procesos de aprendizaje en los contextos educativos. Propósitos y Representaciones, 8(1), e312.  Doi: http://dx.doi.org/10.20511/pyr2020.v8n1.312

Carballo M., A. (2019). Posibilidades y limitaciones de la Neuroeducación. Mente y Cerebro, (98), 26-32. https://dialnet.unirioja.es/ejemplar/526533

Vos, J.D. (2016). ¿Dónde está la Educación en la Neuroeducación. Teoría y critica de la psicología, 8. http://teocripsi.com/ojs/index.php/TCP/article/view/153

Ocampo, J. C. (2019). Sobre lo “neuro” en la Neuroeducación: de la psicologización a la neurologización de la escuela. Sophia: Colección de la Educación, 26(1), pp. 141-169.

Pérez Zafrilla, P. J. (2019). De los neuroerrores de la neurociencia a los neuromitos de la Neuroeducación.  En Elena Nájera, Antonio de Murcia, Jorge Pulla (Eds.). Intereses filosóficos del presente (pp. 97-107). Societat de Filosofía del País Valencià.

http://www.uv.es/sfpv/

 

CHARLA: ¿Me podré farrear las neuronas? El caso de Homero Simpson 👀🧠😉


En esta entrada de blog, les comparto el PPT de la charla.

Para conocer el tema en profundidad, deja un mensaje o comentario.























domingo, 15 de mayo de 2022

IMÁGENES PARA CERRAR EL CURSO 🩺🧬👨‍🔬👀🧠🧠🧠🧠

 Hemos llegado al final de Neurociencia L

En las entradas de blog anteriores vimos: camiseta del curso,  un experimento de ojo dominante, Neuroeducación, Neurogénesis y, finalizamos con unas imágenes de las células gliales que los harán flipar. 👀

Células gliales: no solo defensoras del Sistema Nervioso.

                                  Crédito de imagen: Confederación farmacéutica argentina.

¿Sabías qué? 👀 Son las células gliales y  no las neuronas las más afectadas por el envejecimiento cerebral. 🧠La diferencia entre un cerebro “viejo” 👵y un cerebro “joven”🧒 no radica  tanto en el número de neuronas, sino en la presencia y función de las células de soporte  llamadas genéricamente  Glía. Entre estas células encontramos los oligodendrocitos y  la microglía, las que actúan como células inmunes y, los astrocitos, que ayudan con el metabolismo de la neurona y la desintoxicación, entre otras funciones.

En un artículo publicado en la revista ‘Stem Cell Reports’, investigadores examinaron 480 muestras de cerebro de cadáveres de  individuos con edades comprendidas entre 16 y 106 años, encontrando que el estado de la glía de una persona es tan consistente a través de los años que puede usarse para predecir su edad. Destaca el hecho que el número de oligodendrocitos  de la corteza frontal disminuye al avanzar los años. 😭

Los investigadores encontraron además que los astrocitos y los oligodendrocitos durante el envejecimiento sufren cambios a nivel genético; pues existen genes que pueden activarse o desactivarse, en particular, los que se ubican en el hipocampo y la sustancia negra –regiones importantes del cerebro para la memoria y el movimiento y, los genes de la microglía aumenta en todas las regiones del cerebro. 🧠


Fuente: El Economista – España, en Confederación farmacéutica argentina.

http://www.cofa.org.ar/?p=19516


                                          Las camaleónicas células gliales 🦎

                                         Crédito de imagen: Revista dosis.com.ar

Un  estudio publicado en la revista ‘Stem Cell Reports’, ha identificado una combinación de medicamentos que puede convertir las células gliales de neuronas dañadas  en nuevas neuronas funcionales. Este medicamento consiste en un conjunto de cuatro moléculas que convierten el 70%  de las células  gliales en neuronas; las células gliales vecinas de las neuronas muertas se convierten  en neuronas nuevas, lo que da luces esperanzadoras  de poder restaurar las funciones neuronales perdidas después de un daño cerebral. 💊

Los científicos reportaron que las neuronas convertidas sobrevivieron más de siete meses en una placa de cultivo en el hospital y el hallazgo podría usarse para tratar accidentes cerebrovasculares o  Alzheimer para que el paciente pueda regenerar neuronas y restaurar sus capacidades de aprendizaje y memoria perdidas. 🧠

No todo es color de rosa… 😭

Sin embargo, para administrar estas moléculas es necesario recurrir a terapia génica utilizando bacteriófagos (revisa la entrada de blog), lo cual tiene un alto costo económico. Por tal motivo, el equipo de científicos está trabajando en la administración de este tratamiento mediante píldoras, cuya distribución es amplia y de fácil acceso. 💊🧠👨‍🔬

Fuente: Europa Press / COFA en Revista dosis.com.ar

https://revistadosis.com.ar/noticias/neuronas-da%C3%B1adas-convertidas-en-nuevas-el-secreto-est%C3%A1-en-las-c%C3%A9lulas-gliales.html


                                            Células Gliales: no solo en humanos. 👀

                                                  Crédito de imagen: Instituto Cajal.


Y he guardado para el ultimo esta imagen, la cual corresponde ¡ al cerebro de una mosca! 🧠🦟

Se representan las conexiones entre las células gliales, las cuales establecen una red de proyecciones que les permiten comunicarse y coordinarse.

Esta es una imagen confocal (obtenida por un microscopio confocal que incrementa el contraste y permite reconstruir imágenes 3D usando una cámara sin lente, la que solo cuenta con un pequeño orificio por donde entra la luz y, que permite eliminar la luz desenfocada y los destellos) de un cerebro de larva de Drosophila. 

Para obtener la imagen se utilizan marcadores que tiñen tanto las células gliales como las membranas gliales están marcadas con RFP myristoilado, las neuronas están marcadas con el anticuerpo monoclonal anti-HRP. 🔬🧫

 

Fuente: Instituto Cajal

http://www.cajal.csic.es/departamentos/sergio-casas/sergio-casas.html


sábado, 7 de mayo de 2022

EXPERIMENTO: DEDO AL BLANCO. 👀👆🏹

 

Créditos de imagen: flaticon.es

Aprendemos a temprana edad, cuál es nuestra mano derecha y cuál nuestra mano izquierda,  adquiriendo el concepto de “mano dominante”. Sin embargo, también se puede ser zurdo o diestro con relación a los ojos y  no siempre esa preferencia coincide con la mano dominante (no existe la misma lateralidad).

Cuantas veces has intentado inútilmente apuntar al blanco con dardos, pelotas en un juego de derribar tarros, etc. ¿Qué estás haciendo mal? El siguiente experimento te da algunas pistas.

Te invito a realizar la siguiente experiencia: “DEDO AL BLANCO”

El objetivo de aprendizaje de este experimento  es: Conocer la noción del papel que desempeña el cerebro en la visión, mediante una experiencia de “ojo dominante”.

¿Qué necesitamos?

Nuestros ojos, brazo, pulgar y  un objeto distante.

¿Qué haremos?: ENCONTRAR NUESTRO OJO DOMINANTE ¿Cómo?

1. Extiende un brazo, manteniendo el pulgar de esa mano hacia arriba.

2.  Escoge tu “blanco” para esto, mantén los dos ojos abiertos y centrados en un objeto distante (el cual será tu blanco), superpone tu dedo  pulgar sobre ese objeto.

3. Cierra alternadamente un ojo y después el otro.

4. El ojo que mantiene el pulgar justo en el “blanco” (delante del objeto) al cerrar el otro ojo, es tu ojo dominante.

Responde:

1. Si cierras el ojo izquierdo o el ojo derecho  ¿el “blanco” está en la misma posición?

2.  ¿Qué piensas que causa este efecto?

 

PARA SABER MÁS

Los ojos, tienen un lado dominante igual que las manos y las piernas. La dominancia ocular, puede definirse como la tendencia a preferir mirar con un ojo determinado, haciendo que la imagen que capta prevalezca sobre la del otro ojo.

Algunas personas pueden tener un lado dominante  para las manos y otro para los ojos o pies, o pueden no tener un lado dominante (el caso de los ambidiestros). Esto se debe a que ambos hemisferios cerebrales controlan ambos ojos, pero cada uno  de ellos se hace cargo de una mitad diferente del campo visual y, por lo tanto, de una mitad diferente de ambas retinas. Por tal motivo, no existe relación directa entre "la mano dominante" y "el ojo dominante" asociados a la lateralidad.

El ojo dominante  otorga una aportación ligeramente superior a la parte visual del cerebro y transmite con mayor  precisión información sobre la ubicación de los objetos, dado que tiene más conexiones neuronales con el cerebro que el otro ojo. Precisamente, este ojo produce un efecto de paralaje y, es el que se utiliza para obtener información posicional precisa. He aquí el dato para tener mejor precisión la próxima vez que vayas a  lanzar dardos. 

Como último dato, se estima que dos tercios de la población tienen dominancia del ojo derecho, y el tercio restante, dominancia  del ojo izquierdo.

 

 





Fuentes:

Matilla, M. T., & Bueno, G. (2009). ¿ Cuál es mi ojo dominante?. Gaceta óptica: Órgano Oficial del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España, (443), 64-65.

Méndez, R. (2010). La lateralidad influye en los problemas de aprendizaje. Revista digital para profesionales de la enseñanza, 2(4), 91-97.


viernes, 6 de mayo de 2022

INVITACIÓN A LA NEUROCIENCIA: ¡QUE SE TE PRENDA LA AMPOLLETA! 💭💡💡💡💡

                            DISEÑO DE CAMISETA PARA EL CURSO DE NEUROCIENCIA.



Al ver terminado el diseño de la camiseta para el curso de Neurociencia, vino un ¡Eureka!

Ahí estaba plasmado ese mundo de las ideas, emociones, conductas, pensamientos y funciones corporales básicas encerradas en la ampolleta.  Esa ampolleta que identificamos con la ocurrencia de alguna idea; sin embargo, tanto en la ampolleta como en nuestro cerebro ocurren procesos y, es aquí que la Neurociencia, nos permite comprender cómo se desarrolla el sistema nervioso, su estructura y lo que hace, colocando su foco en el  cerebro y su impacto tanto en funciones cognitivas como conductuales.

El diseño da cuenta de la analogía entre el filamento de la ampolleta  y el cerebro, como aquel elemento que permite el funcionamiento, aquella parte que nos da ese chispazo que nos moviliza. La ampolleta en este diseño,  representa el Sistema Nervioso Central (SNC), el cual se compone de: Encéfalo (cerebro, cerebelo, tallo cerebral) y Médula Espinal.

El tono negro de la camiseta, representa la oscuridad, la caja negra que encierra este filamento, este cerebro cuyo funcionamiento aun nos es un misterio, tal como lo puede ser la ampolleta para quienes solo se benefician de su luz, pero no saben cómo es que funciona.

Es común realizar la analogía entre cerebro y computador, sin embargo, el reflejarlo como un filamento de ampolleta no es tan descabellado, aunque con imaginación, es posible realizar  algunas analogías. Te lo explico:

                                                 Crédito de imagen: mejorconsalud.as

Ampolla: vidrio que cubre el filamento. (Cráneo, el cual protege el cerebro)

Filamento: hilo de metal Wolframio o Tungsteno que transforma la energía eléctrica en luz. (Cerebro, procesar la información que proviene de los cinco sentidos, así como controlar el movimiento, las emociones, la memoria, la cognición y el aprendizaje. Es el centro de las funciones intelectuales)

Gas de relleno: protege el filamento para que no se caliente. (Líquido Cefalorraquídeo, LCR, amortigua impactos, evitando lesiones del cerebro y medula espinal; elimina productos de desecho)

Hilo de contacto: va al pie, al extremo del casquillo. (Médula Espinal, transmite información entre el encéfalo y las diferentes partes del cuerpo e integra actividad entre señales motoras y sensoriales)

Hilo de contacto: va a la rosca del casquillo. (Cerebelo, hace de puente a los estímulos de la Médula Espinal para que lleguen al Cerebro).

Aislamiento eléctrico. (Fibra nerviosa mielítica central, el axón está cubierto por una vaina de mielina, la cual actúa como un aislante eléctrico de éste).

Soporte interno del filamento: mantiene el filamento estirado. (Meninges, protegen el cerebro y la medula espinal; además, actúan como barrera selectiva)

Casquillo: Permite enroscar la lámpara en un portalámparas y también el paso de la corriente eléctrica hacia los hilos conductores. (Bulbo Raquídeo, se une a la medula espinal y permite regular funciones vitales como: respiración, latidos del corazón y diámetro vascular. Controla el vómito, la tos, el estornudo, el hipo y la deglución).

Te invito a leer las próximas entradas de Neurociencia y, que te pongas la camiseta  ;) 


 

 

 

 

 

 


domingo, 24 de abril de 2022

PENSAR SIN LENGUAJE… LA HISTORIA DE MACONDO. 👀☮🆔♾⚛🆚🉑㊙

 

Hace tiempo leí “Cien Años de Soledad” de García Márquez y, precisamente, vino a mi cabeza con el tema de esta tarea: “qué cosas puedes pensar sin necesidad de recurrir al lenguaje, es decir, sin que sea preciso que “aparezcan” palabras en tu mente”.

Recuerdo el capítulo “La Peste del Insomnio”, el cual aparentemente no tiene mayor importancia ni repercusiones en el desenlace de la novela; sin embargo, tiene aspectos que permiten acercarse a la respuesta de la tarea planteada.  La peste del insomnio produce en los infectados una extraña sensación de bienestar, sensación que termina en el momento que los habitantes de Macondo se enteran que la peste desemboca en el olvido.

                                                   Créditos de imagen: kienyke.com

Al enfrentarse con el problema de olvidar el nombre y la utilidad de las cosas, debieron marcarlas con sus características. De esta forma, vivieron en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras. La realidad, desde que el ser humano clasificó las cosas con símbolos y códigos, se ha limitado a ser lo que su nombre dice que es. Nada es lo que su esencia dicta, sino lo que su nombre dice, y la veracidad de lo real va en función de lo bien que la palabra se transmita. La situación llega al extremo cuando se hace necesario instalar un cartel que dice “Macondo” y, otro aún más crítico; Dios existe.

El código,  a nivel formal, caracteriza al objeto, pero sus características a nivel sensorial, lo determinan. Las palabras - sentimientos y sensaciones codificados- estructuran la realidad de determinada forma, forma que reduce la interacción a niveles formales y, por tanto, poco sensoriales. Ahora bien, llevemos  la peste del insomnio a las ultimas consecuencias, donde los habitantes de Macondo se olvidan de todo. 

En el caso anterior, los habitantes de Macondo se olvidarían de las palabras y su significado y, por supuesto, del lenguaje verbal; sin embargo, podrían pensar en el objeto, en  sus características a nivel sensorial y transmitir un mensaje a nivel simbólico, como por ejemplo gestos. ¿No les ha pasado que hay veces en que quieren decir el nombre "algo", pero “no sale la palabra”?  Se sabe qué es, cuál es su textura, su forma, pero no nos acordamos del nombre y, recurrimos a describir con las manos su altura, forma y buscar objetos semejantes para mostrar. Es precisamente esto lo que ocurriría a los habitantes de Macondo. 

Otros casos en que se puede pensar sin necesidad de recurrir al lenguaje, es decir, sin que sean necesarias palabras, es cuando “intento” hacer arte –dibujar o pintar- las ideas “vuelan” sin una palabra que las defina, solo colores y figuras. Además, cuando se maneja o interpreta un plano, son requeridas imágenes y no palabras.  

                                    

                                           Créditos de imagen: vizualize.es 

También, cuando  realizo un ejercicio de matemáticas o trabajo con fórmulas, las palabras sobran, el lenguaje es una serie de símbolos llamados números. Actualmente, las redes sociales posibilitan una nueva forma de lenguaje simbólico, mediante emojis y emoticones. 

¿Pero es posible pensar sin palabras?

Revisemos brevemente la literatura, Crelier (2013), indica que respecto a esta pregunta existe discordancia entre el giro lingüístico y la etología cognitiva. Existiendo tres posibles respuestas:

1) negar a los agentes carentes de lenguaje la capacidad de pensar y actuar.

2) Sostener la existencia de formas de pensamiento inexpresables por el lenguaje.

3) Sostener que el pensamiento (y la acción) sin lenguaje son expresables en una lengua natural, más allá de quién lo exprese y cuál sea esa lengua.

Para la primera opción, negar pensamiento sin lenguaje,  según los ejemplos referidos más arriba, sería errado, ya que niega formas alternativas del lenguaje, entre las cuales está el lenguaje de los niños pre-lingüísticos o el lenguaje simbólico. 

Para la segunda opción, admitir formas de pensamiento no expresables mediante el lenguaje, es aceptable, ya que el ser humano cuenta con otras formas de lenguaje que no son verbales; tal es el caso de números, figuras, signos, gestos, etc. Estas formas de expresar pensamientos, son denominadas por Dummett (1996) en Crelier (2013) como “proto-pensamiento”, el cual se refiere al pensamiento por imágenes relacionado con el entorno inmediato que caracteriza al pensamiento animal y al ser humano como especie.

Para la tercera opción, la expresibilidad del pensamiento por el lenguaje. Esta postura surge desde los filósofos hermenéuticos tales como Gadamer, en donde se entiende el lenguaje como una capacidad de comprender sin límites y, que está ligada con la idea de producción de sentido.  Entendiendo la "expresibilidad del pensamiento por el lenguaje",  como “cualquier cosa que pueda querer decirse puede ser dicha”, de modo que: “Cualquier lenguaje nos proporciona un conjunto finito de palabras y formas sintácticas para decir lo que queremos decir (…)” (Searle, 1994) en Crelier (2013).

Yendo a los ejemplos dados en el texto, esta opción permite extrapolar que no es necesario una identidad entre quien enuncia el pensamiento usando el lenguaje y el agente cognitivo mismo, sino que se refiere al del pensamiento en general, por ejemplo, al usar símbolos universales como los números, signos o figuras; no es necesario que emisor y receptor hablen, "una imagen vale más que mil palabras", lo que permite explicar la relevancia de dar una intencionalidad. Por tanto, el lenguaje no es una condición del pensamiento, sino que lo es  de su expresabilidad y comprensibilidad, dado que el proceso cognitivo de pensar que no es expresado lingüísticamente quedaría fuera de nuestro marco conceptual y, por lo tanto, no sería identificable como pensamiento.  

¿Es posible elaborar sin lenguaje  planes de acción y transmitirlos a los congéneres?

Mi respuesta, es sí.  Para tal efecto podemos recurrir a los símbolos y gestos, considerando el lenguaje más allá de lo hablado. No todos los lenguajes son verbales, existe el lenguaje de los gestos, de los signos, de la mirada, no es necesario decir que se está enojado para darlo a conocer.

Pensemos en que estamos en una prueba y, solo algunos alumnos estudiaron, el curso se organiza en silencio y otorga a cada alternativa gestos y sonidos distintos para darlos a conocer al resto, no es necesario hablar, sino que atribuir significados y compartirlos.  

Podemos pedir ayuda y planificar diversas acciones, solo estableciendo códigos no verbales acordados y conocidos por un grupo. Como señala Muñoz (s.a) citando a Damasio (1994), el  ser humano al poseer una mente que es capaz de formar representaciones neurales -  y convertidas en imágenes-, las manipula mediante el proceso de pensamiento, e influyen en el comportamiento, ayudándonos a poder anticiparnos a eventos, planificar  y elegir.

 

Fuentes:

Carlos Muñoz. Hacia una teoría de pensar. Cap. 1.

 https://webs.ucm.es>info>pslogica

Crelier, A.  (2013). Pensar sin lenguaje: el giro lingüístico  frente al desafío de la etología cognitiva. Erasmus: Año XV - Nro. 2.