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flaticon.es
Aprendemos a temprana edad, cuál
es nuestra mano derecha y cuál nuestra mano izquierda, adquiriendo el concepto de “mano
dominante”. Sin embargo, también se puede ser zurdo o diestro con relación
a los ojos y no siempre esa preferencia
coincide con la mano dominante (no existe la misma lateralidad).
Cuantas veces has intentado inútilmente
apuntar al blanco con dardos, pelotas en un juego de derribar tarros, etc. ¿Qué
estás haciendo mal? El siguiente experimento te da algunas pistas.
Te invito a realizar
la siguiente experiencia: “DEDO AL BLANCO”
El objetivo de
aprendizaje de este experimento es: Conocer
la noción del papel que desempeña el cerebro en la visión, mediante una experiencia
de “ojo dominante”.
¿Qué necesitamos?
Nuestros ojos, brazo, pulgar y un objeto distante.
¿Qué haremos?:
ENCONTRAR NUESTRO OJO DOMINANTE ¿Cómo?
1. Extiende un brazo, manteniendo el pulgar de esa mano
hacia arriba.
2. Escoge tu “blanco”
para esto, mantén los dos ojos abiertos y centrados en un objeto distante (el
cual será tu blanco), superpone tu dedo pulgar sobre ese objeto.
3. Cierra alternadamente un ojo y después el otro.
4. El ojo que mantiene el pulgar justo
en el “blanco” (delante del objeto) al cerrar el otro ojo, es tu ojo
dominante.
Responde:
1. Si cierras el ojo izquierdo o el ojo derecho ¿el “blanco” está en la misma posición?
2. ¿Qué piensas que causa este efecto?
PARA SABER MÁS
Los ojos, tienen un lado
dominante igual que las manos y las piernas. La dominancia ocular, puede
definirse como la tendencia a preferir mirar con un ojo determinado, haciendo
que la imagen que capta prevalezca sobre la del otro ojo.
Algunas personas pueden tener un
lado dominante para las manos y otro
para los ojos o pies, o pueden no tener un lado dominante (el caso de los
ambidiestros). Esto se debe a que ambos hemisferios cerebrales controlan ambos
ojos, pero cada uno de ellos se hace
cargo de una mitad diferente del campo visual y, por lo tanto, de una mitad
diferente de ambas retinas. Por tal motivo, no existe relación directa entre
"la mano dominante" y "el ojo dominante" asociados a la
lateralidad.
El ojo dominante otorga una aportación ligeramente superior a
la parte visual del cerebro y transmite con mayor precisión información sobre la ubicación de
los objetos, dado que tiene más conexiones neuronales con el cerebro que el otro
ojo. Precisamente, este ojo produce un efecto de paralaje y, es el que se
utiliza para obtener información posicional precisa. He aquí el dato para tener
mejor precisión la próxima vez que vayas a lanzar dardos.
Como último dato, se estima que
dos tercios de la población tienen dominancia del ojo derecho, y el tercio
restante, dominancia del ojo izquierdo.
Fuentes:
Matilla, M. T., & Bueno, G.
(2009). ¿ Cuál es mi ojo dominante?. Gaceta óptica: Órgano Oficial del Colegio
Nacional de Ópticos-Optometristas de España, (443), 64-65.
Méndez, R. (2010). La lateralidad
influye en los problemas de aprendizaje. Revista digital para profesionales de
la enseñanza, 2(4), 91-97.
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