domingo, 24 de abril de 2022

PENSAR SIN LENGUAJE… LA HISTORIA DE MACONDO. 👀☮🆔♾⚛🆚🉑㊙

 

Hace tiempo leí “Cien Años de Soledad” de García Márquez y, precisamente, vino a mi cabeza con el tema de esta tarea: “qué cosas puedes pensar sin necesidad de recurrir al lenguaje, es decir, sin que sea preciso que “aparezcan” palabras en tu mente”.

Recuerdo el capítulo “La Peste del Insomnio”, el cual aparentemente no tiene mayor importancia ni repercusiones en el desenlace de la novela; sin embargo, tiene aspectos que permiten acercarse a la respuesta de la tarea planteada.  La peste del insomnio produce en los infectados una extraña sensación de bienestar, sensación que termina en el momento que los habitantes de Macondo se enteran que la peste desemboca en el olvido.

                                                   Créditos de imagen: kienyke.com

Al enfrentarse con el problema de olvidar el nombre y la utilidad de las cosas, debieron marcarlas con sus características. De esta forma, vivieron en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras. La realidad, desde que el ser humano clasificó las cosas con símbolos y códigos, se ha limitado a ser lo que su nombre dice que es. Nada es lo que su esencia dicta, sino lo que su nombre dice, y la veracidad de lo real va en función de lo bien que la palabra se transmita. La situación llega al extremo cuando se hace necesario instalar un cartel que dice “Macondo” y, otro aún más crítico; Dios existe.

El código,  a nivel formal, caracteriza al objeto, pero sus características a nivel sensorial, lo determinan. Las palabras - sentimientos y sensaciones codificados- estructuran la realidad de determinada forma, forma que reduce la interacción a niveles formales y, por tanto, poco sensoriales. Ahora bien, llevemos  la peste del insomnio a las ultimas consecuencias, donde los habitantes de Macondo se olvidan de todo. 

En el caso anterior, los habitantes de Macondo se olvidarían de las palabras y su significado y, por supuesto, del lenguaje verbal; sin embargo, podrían pensar en el objeto, en  sus características a nivel sensorial y transmitir un mensaje a nivel simbólico, como por ejemplo gestos. ¿No les ha pasado que hay veces en que quieren decir el nombre "algo", pero “no sale la palabra”?  Se sabe qué es, cuál es su textura, su forma, pero no nos acordamos del nombre y, recurrimos a describir con las manos su altura, forma y buscar objetos semejantes para mostrar. Es precisamente esto lo que ocurriría a los habitantes de Macondo. 

Otros casos en que se puede pensar sin necesidad de recurrir al lenguaje, es decir, sin que sean necesarias palabras, es cuando “intento” hacer arte –dibujar o pintar- las ideas “vuelan” sin una palabra que las defina, solo colores y figuras. Además, cuando se maneja o interpreta un plano, son requeridas imágenes y no palabras.  

                                    

                                           Créditos de imagen: vizualize.es 

También, cuando  realizo un ejercicio de matemáticas o trabajo con fórmulas, las palabras sobran, el lenguaje es una serie de símbolos llamados números. Actualmente, las redes sociales posibilitan una nueva forma de lenguaje simbólico, mediante emojis y emoticones. 

¿Pero es posible pensar sin palabras?

Revisemos brevemente la literatura, Crelier (2013), indica que respecto a esta pregunta existe discordancia entre el giro lingüístico y la etología cognitiva. Existiendo tres posibles respuestas:

1) negar a los agentes carentes de lenguaje la capacidad de pensar y actuar.

2) Sostener la existencia de formas de pensamiento inexpresables por el lenguaje.

3) Sostener que el pensamiento (y la acción) sin lenguaje son expresables en una lengua natural, más allá de quién lo exprese y cuál sea esa lengua.

Para la primera opción, negar pensamiento sin lenguaje,  según los ejemplos referidos más arriba, sería errado, ya que niega formas alternativas del lenguaje, entre las cuales está el lenguaje de los niños pre-lingüísticos o el lenguaje simbólico. 

Para la segunda opción, admitir formas de pensamiento no expresables mediante el lenguaje, es aceptable, ya que el ser humano cuenta con otras formas de lenguaje que no son verbales; tal es el caso de números, figuras, signos, gestos, etc. Estas formas de expresar pensamientos, son denominadas por Dummett (1996) en Crelier (2013) como “proto-pensamiento”, el cual se refiere al pensamiento por imágenes relacionado con el entorno inmediato que caracteriza al pensamiento animal y al ser humano como especie.

Para la tercera opción, la expresibilidad del pensamiento por el lenguaje. Esta postura surge desde los filósofos hermenéuticos tales como Gadamer, en donde se entiende el lenguaje como una capacidad de comprender sin límites y, que está ligada con la idea de producción de sentido.  Entendiendo la "expresibilidad del pensamiento por el lenguaje",  como “cualquier cosa que pueda querer decirse puede ser dicha”, de modo que: “Cualquier lenguaje nos proporciona un conjunto finito de palabras y formas sintácticas para decir lo que queremos decir (…)” (Searle, 1994) en Crelier (2013).

Yendo a los ejemplos dados en el texto, esta opción permite extrapolar que no es necesario una identidad entre quien enuncia el pensamiento usando el lenguaje y el agente cognitivo mismo, sino que se refiere al del pensamiento en general, por ejemplo, al usar símbolos universales como los números, signos o figuras; no es necesario que emisor y receptor hablen, "una imagen vale más que mil palabras", lo que permite explicar la relevancia de dar una intencionalidad. Por tanto, el lenguaje no es una condición del pensamiento, sino que lo es  de su expresabilidad y comprensibilidad, dado que el proceso cognitivo de pensar que no es expresado lingüísticamente quedaría fuera de nuestro marco conceptual y, por lo tanto, no sería identificable como pensamiento.  

¿Es posible elaborar sin lenguaje  planes de acción y transmitirlos a los congéneres?

Mi respuesta, es sí.  Para tal efecto podemos recurrir a los símbolos y gestos, considerando el lenguaje más allá de lo hablado. No todos los lenguajes son verbales, existe el lenguaje de los gestos, de los signos, de la mirada, no es necesario decir que se está enojado para darlo a conocer.

Pensemos en que estamos en una prueba y, solo algunos alumnos estudiaron, el curso se organiza en silencio y otorga a cada alternativa gestos y sonidos distintos para darlos a conocer al resto, no es necesario hablar, sino que atribuir significados y compartirlos.  

Podemos pedir ayuda y planificar diversas acciones, solo estableciendo códigos no verbales acordados y conocidos por un grupo. Como señala Muñoz (s.a) citando a Damasio (1994), el  ser humano al poseer una mente que es capaz de formar representaciones neurales -  y convertidas en imágenes-, las manipula mediante el proceso de pensamiento, e influyen en el comportamiento, ayudándonos a poder anticiparnos a eventos, planificar  y elegir.

 

Fuentes:

Carlos Muñoz. Hacia una teoría de pensar. Cap. 1.

 https://webs.ucm.es>info>pslogica

Crelier, A.  (2013). Pensar sin lenguaje: el giro lingüístico  frente al desafío de la etología cognitiva. Erasmus: Año XV - Nro. 2.


viernes, 22 de abril de 2022

LA EVOLUCIÓN QUE NOS HACE HUMANOS: DE HOMINIZACIÓN A HUMANIZACIÓN. 🐵🐵🐵🐵😎

 

Créditos de imagen: Timeotast

La aparición de la cultura y su evolución.

Cultura es el conjunto de habilidades, conocimientos, formas de comunicación, creencias, hábitos y  normas de conducta hacia individuos de la misma u otras comunidades, que no se transfieren por vía genética.

La cultura aparece  como el  principal medio del ser humano  para adaptarse al entorno físico;  productos culturales tales como  el fuego, la cocina, la ropa, lenguajes, armas y  contenedores de agua se convirtieron en fuentes de las principales presiones selectivas que modelaron  genéticamente  mentes y cuerpos de nuestros ancestros; estos hitos se deben principalmente al bipedismo, el cual marca la aparición de modificaciones tanto corporales como culturales en nuestra especie.  

El bipedismo permitió a los primeros homínidos dar un uso distinto a las extremidades superiores, logrando adquirir la destreza en el uso de las manos - asociada con su anatomía y ciertas conformaciones cerebrales- , esto desencadenó un incremento del volumen del cráneo, la  reducción de la masa muscular e importantes cambios en el  ciclo vital. A través de estos cambios los humanos lograron adaptarse a diferentes hábitats y modificarlos en su beneficio.

                                                              Créditos de imagen: Pinterest. 

¿Interacciona de alguna manera con la evolución biológica?

Dentro de las Teorías Neodarwinistas, aparece un componente  que permite explicar el proceso de la evolución biológica; esta evolución no solo da cuenta de la hominización, sino que también de la aparición de la dimensión cultural, factor principal para alcanzar la humanización.  Por tal motivo, es correcto afirmar que junto a la evolución biológica se dio un proceso paralelo, denominado evolución cultural.

                                                           Créditos de imagen: Pinterest. 

Si bien la selección natural es el principal mecanismo de evolución, la cultura ha evidenciado poder  modificar las presiones de la selección natural, inclusive a nivel genético. Boyd y  Richerson (1985) fueron quienes formularon la primera teoría que habla de la influencia de la cultura en la evolución humana, la “Teoría de la Herencia Dual”. Para esta teoría tanto la biología como  la conducta humana precisan de dos sistemas de herencia: el sistema genético, el cual heredamos de nuestros ancestros biológicos y es común a todas las especies y, el sistema cultural, el cual heredamos de nuestros ancestros sociales y es exclusivo de la especie humana.

Como antes se ha expresado, los seres humanos lograron adaptarse a diferentes hábitats y modificarlos en su beneficio; esta modificación del ambiente a través de prácticas culturales, ha permitido hacer patente el cómo la cultura influye en la selección natural mediante  interacciones reciprocas entre el individuo y su entorno.  Esto  permite comprender la adaptabilidad superior del ser humano a múltiples geografías lo que le ha permitido conquistar y construir  diversos nichos humanos y culturales en donde la convivencia y asentamientos han propiciado la evolución de la conducta y el aprendizaje humano. 



                                                       Créditos de imagen: Revista UNAM. 



Fuentes:

 Boyd, R. y Richerson, P. (1985). Culture and the evolutionary process. USA: University of Chicago Press. (Traducido por M.  Beltrami). 

Castro, L. y Toro, M. (2018). Por qué el hombre es diferente. Revista de Libroshttps://www.revistadelibros.com/discusion/por-que-el-hombre-es-diferente

Darwin, C. (1859). On the origins of the species by means of natural selection, or the preservation of favoured races in the struggle for life. London: John Murray. (Traducción de M. Beltrami). 

http://www2.udec.cl/antropoysalud/hombre.html

https://cienciasdelsur.com/2020/09/13/como-influye-cultura-evolucion-humana/



 

sábado, 16 de abril de 2022

EL CÓDIGO GENÉTICO: LA TABLA PERIÓDICA DE L@S BIÓLOG@S. 🧬🧬🧬📕

 

Los químicos tienen una “TABLA DE CONVERSIÓN” que contiene  118 “letras” que corresponden a los ELEMENTOS QUÍMICOS, los cuales se organizan según sus propiedades en la Tabla Periódica. Estos elementos se  “unen” para formar compuestos y moléculas.

Estas “letras”, símbolos químicos de los elementos, son altamente específicos, ya que representan solo a un elemento; por ejemplo, el símbolo Ne, representa al Neón y a ningún otro elemento de la tabla. Cuando los elementos se combinan  en proporciones definidas y enteras, únicamente dan origen a una sustancia.  Por ejemplo, si reaccionan dos átomos de hidrogeno con uno de oxígeno, solo puede originar agua H2O; si hacemos reaccionar un átomo de carbono con 2 átomos de oxígeno, se origina el CO2  ,dióxido de carbono,  y ninguna otra sustancia.

Este idioma universal de la Química, es escrito en ecuaciones químicas, mediante las cuales se representa la  transformación de los elementos químicos en otras sustancias, dando origen a un producto.

Si analizamos este caso, nuestro código es la Tabla Periódica. Todas las sustancias comparten este código; sin embargo, al unirse los elementos forman una infinidad de sustancias.  Estas sustancias son muy diferentes entre sí, pueden ser orgánicas o inorgánicas, acidas o básicas, etc.


Créditos de imagen: Wikipedia.

¿Qué tiene que ver esto con el código genético?

En Biología, más específicamente en Genética, también existe una “Tabla Periódica”: EL CÓDIGO GENÉTICO. Pero, no nos confundamos, el código genético es en términos sencillos  análoga con la  Tabla Periódica, una tabla de conversión de letras (bases nitrogenadas) del ARN  en AMINOÁCIDOS, pero los “símbolos” en este caso  están organizados  en grupos de tres, llamados tripletes o CODONES.

A partir de este código es posible realizar un total de 64 combinaciones de “letras” (de estas combinaciones 21 pueden dar lugar a un aminoácido y, son tres los tripletes que codifican el final de la lectura de la secuencia genética.

Este código, es tan específico como en química, ya que la secuencia de un codón (o más de uno) se asocia con un aminoácido; por ejemplo, la secuencia AUG se corresponde con la Metionina, y las secuencias UCA  AGC  UCU  y  UCC se asocian con Serina.



Créditos de imagen: Revista Muy Interesante.

Señalé arriba que no nos confundamos, ya que se tiende a relacionar erróneamente el código genético (tabla de conversión) con la “secuencia genética”; la secuencia genética es la serie de nucleótidos unidos mediante enlaces químicos, uno tras otro formando la cadena de ADN. Hay cuatro nucleótidos (azúcar, base nitrogenadas y grupo fosfato) que forman esta secuencia, cada uno de ellos con una base nitrogenada distinta: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T).



Créditos de imagen: ChileBio

¿Pero el código genético no tiene esas bases nitrogenadas?

Así es, durante el proceso de  transcripción, los fragmentos de la secuencia de ADN son transformados en  ARN mensajero (ARNm) donde  se sustituye la base nitrogenada Timina (T) del ADN  por Uracilo (U) en el ARN.

En un segundo proceso llamado traducción, estas secuencias se “leen” en el ribosoma a través de la tabla de conversión, llamada “código genético”.  Según cuál sea el codón que el ribosoma “lee”, va colocando el aminoácido (monómero de las proteínas) que corresponde.  Cabe destacar, que no solo se codifican proteínas, sino que también ARNs ribosomales  (ARNr) y de transferencia (ARNt).

Créditos de imagen: US Library of Med

¿Qué conclusiones se pueden extraer del hecho de que todos los seres vivos tengamos el mismo código genético?

Antes de dar respuesta a esta pregunta, haremos algunos alcances:

v 🧬 El código genético es degenerado: existen más codones que aminoácidos, de forma que un determinado aminoácido puede estar codificado por más de un triplete.

v 🧬 El código genético es no solapado: un nucleótido solamente pertenece a un único triplete.

v🧬 La lectura es "sin comas": el cuadro de lectura de los tripletes se realiza de forma continua, sin que existan espacios en blanco.

v El código genético es universal: el mismo triplete en diferentes especies codifica para el mismo aminoácido, por tanto en los seres vivos el ADN puede ser “leído” por cualquier organismo.

El ADN de un ser humano puede ser “leído” dentro de una bacteria, el de un perro “leído” por un pez.  Esta propiedad de la información genética se conoce como “universalidad del código genético”, ya que todos los organismos cuentan con los mismos nucleótidos. Sin embargo, falta un detalle, “el código genético NUCLEAR”; así es, SOLO EL CÓDIGO GENÉTICO NUCLEAR (ESTÁNDAR)  ES UNIVERSAL A TODOS LOS ORGANISMOS.

Entonces ¿Qué ocurre, existe otro código genético?

No, lo que ocurre es  que existe otro ADN, el ADN MITOCONDRIAL.  El ADN  mitocondrial es una  excepción a la universalidad del código genético, de manera que en algunos organismos los aminoácidos determinados por el mismo triplete o codón son diferentes en el núcleo y en la mitocondria.

El ADN mitocondrial (ADNm) es doble hebra circular, cuya secuencia genética es menor que la del ADN nuclear; este ADN tiene herencia materna. Si el ADNm te  recuerda por sus características  al bacteriano, ¡no te equivocas! sus similitudes se fundamentan en  su origen filogenético (Teoría Endosimbiótica).

Aguilar et al. (2017) señalan que en 1979 se describieron las primeras variantes del código genético estándar en la mitocondria de humano, donde el codón UGA codifica para Trp (Triptófano) y no  como un codón de finalización como en el código estándar y,  que el codón AUA codifica para Met  (Metionina) y no para Ile (Isoleucina). Existen variantes del código genético en genomas mitocondriales de todos los organismos eucariontes (excepto plantas superiores) y variantes del código genético estándar en genomas nucleares de bacterias, algunos hongos, diplomonadas, protozoos ciliados y algas verdes.

 Se conocen hasta antes del año 2020, 26 variantes del código estándar,  18 de ellas en genomas mitocondriales y  8 presentes en genomas nucleares.

Para explicar cómo pudieron haber surgido las diferentes variantes del código genético surgen teorías como  la teoría de captura de codón y la teoría del intermediario ambiguo. 

                    Créditos de imagen: ucm.es. código genético: características y desciframiento



Fuentes

Aguilar, K., Vilchis, A., Valdés, V. (2017). Los códigos genéticos mitocondriales:

Características, origen y evolución. Revista de Educación Bioquímica (REB) 36(4):129-140.

Griffiths, A.J.F., Miller, J. H., Suzuki, D.T., Lewontin, R.C., Gelbart, W.M. (2002). Genética 7° edición. Ed. Interamericana- McGraw Hill. Madrid.

 


sábado, 9 de abril de 2022

LA INFLUENCIA DE LA LUNA SOBRE LA TIERRA: NO SOLO LUNÁTICOS 🌑🌒🌓🌔🌕🌖🌗🌘🌙

🌑🌒🌓🌔🌕🌖🌗🌘🌙 

De lunáticos, hombres lobo, cortarse el pelo y más, nuestro satélite natural tiene un halo misterioso, pero lo cierto es que ¡sí! la Luna  influye sobre la dinámica de la Tierra, lo cual pasaremos a revisar.

                                                          Créditos: teosfera.com

El efecto que más conocemos de la Luna sobre la Tierra  son  las mareas. Las mareas se originan debido a la atracción gravitatoria lunar; pese a lo que creemos, en realidad,  la Luna no gira en torno a la Tierra, sino que la Tierra y la Luna giran en torno al centro de masas de ambos, siendo las mareas consecuencia de la diferencia gravitatoria entre dos lados opuestos de la Tierra.  Al ser la Tierra un cuerpo grande, la gravedad que sobre ella ejerce la Luna es distinta en cada uno de estos lados, en el punto más  próximo a la Luna esta atracción (que actúa como un estiramiento)  es mucho mayor, como resultado, el nivel de los océanos sube.

 Para saber más visita: https://www.youtube.com/watch?v=UHPQNDDrOQk

                                Créditos: La influencia de la Luna, Universitat Jaume I

¿Pero por qué este efecto gravitatorio afecta el agua? Como nuestro planeta es una masa sólida, la deformación de esta diferencia gravitatoria afecta más a las aguas y a la atmósfera, provocando que el nivel de los océanos suba y baje dos veces al día. Imaginemos que la Luna “tira” de los océanos hacia ella y hace que la Tierra se abulte ligeramente, este abultamiento crea las mareas; ya que cuanto más cerca están dos objetos, mayor es la fuerza con la que se atraen entre sí.

                                 

                                         Créditos: alcaidesamarina.com

Existen dos tipos de mareas:

Las mareas de aguas vivas o altas, ocurren cuando la atracción lunar se suma a la atracción del sol, por tanto la fuerza gravitatoria es doble. Este fenómeno se da en las fases de luna llena y luna nueva. La marea alta se produce en la parte del planeta más cercana a la Luna, pero cuando ésta se encuentra alineada con el Sol y la Tierra, haciendo que  los puntos de atracción solar y lunar coincidan.

Las mareas de aguas muertas o bajas, ocurren cuando hay oposición de fuerza entre  la Luna y el Sol, al encontrarse estos astros  en ángulo recto vistos desde la Tierra; esto sucede en la fase de cuarto creciente o menguante.


                                                       Créditos: BiosurfCamp

Rotación y estaciones

El eje de rotación de nuestro planeta está inclinado unos 23,5º respecto al plano orbital que describe alrededor del Sol. ¿Pero qué tiene que ver la Luna?  Esta inclinación se debe a la formación de nuestro satélite natural a partir del choque de Theia con la proto-Tierra, de cuya colisión se desprendió una pequeña masa rocosa, nuestra Luna, hace 4.000 millones de años.

                                                   Créditos: astrobitos.org

¿Qué efectos causa esta inclinación en el eje de rotación de la Tierra?

Afecta a las estaciones del año. Cuando la inclinación del eje de la Tierra  hace que el hemisferio norte quede  más expuesto al Sol, es verano  y es invierno en el hemisferio sur, el cual queda menos expuesto al Sol; esta exposición se invierte al cabo de seis meses, por el movimiento de traslación de nuestro planeta. Este fenómeno no solo provoca las estaciones, sino que permite el clima característico de cada una de ellas.

Estabiliza el clima y con ello permite la vida

Luna no solo provoca las mareas debido a su influencia gravitatoria, sino que  también estabiliza el clima de la Tierra. Un efecto asociado a este fenómeno  es que las mareas frenan a la Tierra en su rotación (la que pierde energía debido a la fricción de los océanos con el fondo del mar), por tanto,  la Luna estabiliza la velocidad de rotación de la Tierra y, dado que el sistema Tierra-Luna tiene que conservar el momento angular, la Luna lo compensa alejándose, aproximadamente cuatro cm cada año, como se ha demostrado a través de mediciones con láser de esta  la distancia.

La inclinación de 23,5 grados del eje terrestre se debe a que la Luna la mantiene a la Tierra bajo control. El ángulo de 23,5 grados garantiza que el clima de nuestro planeta sea seguro para vivir, ya que una inclinación más exagerada causaría estaciones más extremas.

                                                       Créditos: geogebra.org 

Ritmo vital: calendario y ciclo sueño- vigilia.

En el calendario lunar, llamamos “mes lunar”  a cada período comprendido entre dos momentos en que la luna se halla exactamente en la misma fase (creciente o menguante). Cada mes lunar corresponde a 29,53 días solares; las fases lunares se producen por la interacción entre los movimientos del Sol, la Luna y la Tierra.

Durante un año la luna realiza trece recorridos en torno a la tierra, donde la luna hace un giro alrededor de la tierra en 28 días, pero como la Tierra avanza en su recorrido solar, a los 28 días debemos  sumar un día y medio para que se repita la misma fase entre el Sol, La Tierra y la Luna.

                                                    Créditos: es.wikipedia.org 

Como se dijo anteriormente, la Luna tarda 28 días en realizar una órbita alrededor de la Tierra, pero además, este es el mismo tiempo que demora en girar sobre su propio eje y es  esta la razón por la cual vemos siempre su misma cara.

Por otra parte, se ha confirmado científicamente que existe una correlación entre las fases de la Luna y los ritmos biológicos del ser humano durante el sueño. Científicos suizos observan que en la fase de Luna llena, las ondas delta cerebrales medidas por medio de un  del electroencefalograma (EEG)  se reducían un 30% durante el sueño NMOR (sueño profundo). Durante esta fase se observaron niveles menores de Melatonina, hormona que regula los ciclos de sueño-vigilia.

Eclipses

Entre los fenómenos provocados por la Luna,  se encuentran los eclipses. Los hay lunares, los que consisten en la interposición de la Tierra entre el Sol y la Luna; estos se producen dos veces al año. Además, están los eclipses solares, que suponen la interposición de la Luna entre el Sol y la Tierra, los cuales  pueden ser totales, parciales y anulares. Se pueden ver dos al año.

                                                       Créditos: Astrofanáticos

Relación con los Ciclos de Milankovic

A escala planetaria,  las variaciones de los patrones orbitales Tierra / Luna y   Tierra / Sol derivan en distintos ciclos con  un espectro amplio de frecuencias, los que van desde  la “banda de frecuencias del calendario”  a  la “banda galáctica”; encontrándose en la  parte media de frecuencias  “la banda de Milankovic”, esta banda integra los ciclos asociados a los elementos orbitales de la Tierra en el Sistema Solar con periodos  de decenas  hasta  cientos de miles de años, estos ciclos  nos permiten explicar los cambios climáticos.

Existen tres  ciclos orbitales o ciclos de Milankovic: precesión, oblicuidad y excentricidad. Estos movimientos nos son imperceptibles; además encontramos los ya conocidos ciclos de rotación de la Tierra  sobre sí misma y traslación  alrededor del Sol, los que según  Martínez et al. (2017) se describen como sigue. 

Ciclo de Precesión de los Equinoccios

El planeta Tierra no es homogéneo. La desigual distribución de las masas continentales hacia el hemisferio norte  genera en nuestro planeta un movimiento de precesión, similar al de un trompo, oscilando sobre su eje, el cual  en el caso de la Tierra, ésta  se bambolea levemente  hacia la derecha, imperceptiblemente en la escala de tiempo humana, pero   evidente a nivel geológico. A causa de este movimiento, aparece una inversión en el hemisferio de la Tierra que recibe el mayor influjo de radiación cuando se halla más cerca del Sol, aproximadamente cada 11000 años.

Créditos: https://www.researchgate.net/publication/321933296

El resultado de este movimiento lo conocemos como solsticio y  equinoccio; es un efecto directo de la fuerza ejercida por el sistema Sol-Tierra-Luna y, sobre todo, por la torsión que ejercen las mareas que ocasiona la Luna. Cuando el hemisferio que recibe la radiación solar directamente se halla a la mínima distancia del Sol, es verano  y será invierno en el hemisferio que se encuentra a la máxima distancia del Sol.

Ciclo de Ubicuidad

El plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es ortogonal a su eje de rotación. Este eje se halla actualmente a una inclinación de 23º 27’; este ángulo se denomina oblicuidad de la eclíptica y  se debe a la influencia de la Luna  y su distancia mínima (perigeo) que es de 356.000 km a la Tierra y máxima (apogeo) que es de 406.000 km.

La oblicuidad de la Tierra es determinante para que existan las estaciones, debido a que en un momento de la trayectoria traslacional de nuestro planeta  alrededor del Sol, la luz de este astro incide directamente sobre un hemisferio, dando lugar al verano, mientras en el hemisferio opuesto, los rayos solares inciden en forma oblicua, esta atenuación de la luz solar origina el invierno en este hemisferio.


                         Créditos: https://www.researchgate.net/publication/321933296

Sin embargo, la oblicuidad de la Tierra no es constante en el tiempo, ya que el ángulo de oblicuidad terrestre disminuye a razón de 48 segundos de arco en cada siglo y seguirá en disminución durante varios miles de años más, hasta alcanzar aproximadamente 22°, después de lo cual volverá a aumentar. Estas variaciones en la oblicuidad generan cambios climáticos, dando lugar a veranos e inviernos suaves; pero cuando  la oblicuidad es baja (alrededor de 22º) se originan veranos sofocantes y calurosos, seguidos de inviernos muy fríos y rigurosos cuando los ángulos son altos (alrededor de 25º). Este fenómeno cíclico ocurre en periodos de aproximadamente 41000 años.

                    Créditos: https://www.researchgate.net/publication/321933296

Ciclo de Excentricidad 

 La excentricidad define la forma más o menos elíptica de la órbita y, con ello, la diferencia que existe entre el perihelio y el afelio, que actualmente ronda los 5 millones de km. El modificar la distancia entre el centro de la elipse y uno de sus extremos, influye en la distancia respecto al Sol y, por tanto, en la cantidad de radiación que recibimos.

Una mayor excentricidad produce una mayor diferencia en la radiación solar entre afelio y perihelio, aunque también determinará que el movimiento de la Tierra en torno al Sol sea menos uniforme, moviéndose más deprisa en la época del año que está más próxima al Sol.

 

                           Créditos: https://www.researchgate.net/publication/321933296

La excentricidad regula fuertemente los cambios en la radiación solar para cada estación y cada latitud asociados a la precesión de los equinoccios; como consecuencia de este fenómeno, en el que influye la gravedad del Sol, la Tierra puede experimentar cambios climáticos.


Fuentes

Martínez, M., Lorenzo, E., Álvarez, A. (2017). Los Ciclos de Milankovitch: Origen, Reconocimiento, Aplicaciones en Cicloestratigrafía y el estudio de Sistemas Petroleros. Revista Científica y Tecnológica UPSE, 4(3), 56 -65

Ong Cheon, R.  (2017-2018). La influencia de la Luna. Universitat de Jaume I.