viernes, 20 de junio de 2025

«FEYERABEND TENÍA RAZÓN: TÚ "MÉTODO CIENTÍFICO" ES MÁS FALSO QUE MI EX» 💔

    «Feyerabend tenía razón: tú "método científico" es más falso que mi ex»  💔


Imagen tomada desde https://federacionanarquista.net/

Menuda sorpresa me llevé al leer  “Contra el Método” ¿A quién se le ocurre cambiar “TODO VALE”  (anything goes) por un “todo es”? 

Feyerabend, con toda su carga epistémica, reducido a lo ontológico. Sin lugar a dudas, se estaría retorciendo en su tumba. Se ha buscado neutralizar su crítica más radical, no es solo un error semántico, sino uno con una carga política que busca dar una versión totalmente distorsionada del autor, quien  ataca directamente al poder científico. 

Este cambio es poner una mordaza  a Feyerabend, quien grita: ¡Si quieren progreso, en ciencia todo vale, no importa el método! reduciéndolo a un: “Si quieren progreso, en ciencia todo es, solo si la comunidad científica lo aprueba”. Traducir libertad como permiso es el primer paso para domesticarla. 

La idea feyerabendiana  de “todo vale”, debe ser considerada como un golpe seco al dogmatismo metodológico, aquel que desconoce que la  ciencia presenta  rupturas, trampas, errores, serendipia, política y poder.  Es en este contexto, que en esta entrada analizaremos la idea como  martillazo a la mesa que pretende el autor. 

¿Todo vale? Depende

Feyerabend lo dejó claro: «La única norma que no inhibe el progreso es: todo vale» (Feyerabend, Contra el método, 1975, p.23). No es relativismo ingenuo, es una puñalada contra el manual de instrucciones que llaman “método científico”. Esta consigna no debe ser entendida como una  auspiciadora de “pseudociencias”, sino como un llamado a que no hay reglas, no existe un único camino. Para Feyerabend, el juego no era validar, sino cuestionar: ¿Quién define “lo científico” y por qué su autoridad es incuestionable?  No hay reglas universales, pero sí luchas de poder bajo la consigna metodológica. 

«La idea de un método fijo, o de una teoría fija de la racionalidad, descansa sobre una concepción demasiado simple del hombre y de su entorno social » (Feyerabend, Contra el método, 1975, p.45)

La Historicidad como evidencia: las trampas del relato científico. 

Feyerabend, reconoce que «La historia está llena de accidentes. Pretender que sigue un método es como decir que un huracán sigue un manual de instrucciones» (Feyerabend, Contra el método, 1975, p.156). De esto se deduce que  la historicidad impregna  a las ciencias como un proceso humano, cargado de arbitrariedades, luchas de ego y modas.  

Ejemplo brutal: Galileo logró la aceptación del heliocentrismo usando retórica y metáforas, no el método científico. Las mediciones de su época ni siquiera apoyaban su teoría.  «La historia de la ciencia es tan caótica como un combate de boxeo. Quien busque “leyes” aquí es un iluso» (Feyerabend, Contra el método, 1975, p.156)

Anarcociencias. 

Charles Darwin no usó tubos de ensayo. Los astrónomos nunca han puesto un dedo en un  agujero negro. Y, sin embargo, sus teorías gobiernan lo que llamamos “ciencia” ¿Cómo llegaron a dominar el conocimiento sin seguir el “método científico”? La respuesta es simple: porque el “Todo Vale”  siempre estuvo ahí, escondido tras ecuaciones, experimentos y papers  que nadie lee. 

Y así, existen más ciencias que se unen al listado.  Pero antes, es necesario dejar en claro que no hablamos  de “Ciencia”, sino de “Ciencias” (y no por capricho en el uso gramatical del plural por parte de la autora).  El hablar de “Ciencia” es adherir a  la idea de un método universal (que no existe); en cambio, "Ciencias", esas con “s”, son el reflejo del pluralismo metodológico. 

Siguiendo con nuestro listado de ciencias insurrectas, se agregan la Física cuántica (donde medir altera la realidad), la Cosmología (explica el Universo con un 95% de materia oscura que nadie ve),  la Química y Mendeléiev  jugó a las cartas con los elementos... y le salió la tabla periódica, entre otras. 

Pero, si esto ocurre en las ciencias duras ¿por qué criticar a las “blanditas”?  Desde fuera del núcleo hay más ejemplos: psicología, ciencias políticas, medicina. Feyerabend lo tenía claro: se llama  “ciencia”  a lo que tiene poder, no a lo que sigue reglas. El verdadero método aquí, es no tener uno. 

¿y tu disciplina favorita también es una anarcociencia? 

Mención honrosa para la  Biología: la anarquista silenciosa. 

La Biología -a diferencia de la Física clásica- no puede ser plenamente comprendida sin atender a la historia. Conceptos como evolución, selección natural, desarrollo, etc., se articulan sobre eventos irrepetibles, trayectorias singulares, contingencias materiales cruzadas por la historicidad de su objeto de estudio. 

Desde esta perspectiva, Feyerabend ofrece una herramienta conceptual potente: nos permite pensar una Biología que no se subordine a la estructura de las ciencias físico-matemáticas, sino que afirme su condición de ciencia radicalmente histórica, una ciencia que no sigue reglas, sino historias llenas de accidentes. Su defensa del pluralismo epistemológico y metodológico legitima formas de conocimiento situadas, abiertas a la experiencia, incluso contrarias a la idea de un “método científico” universal.

Las disciplinas citadas anteriormente, pese a no seguir “la receta del método científico” no son pseudociencias, sino el reflejo incómodo que devuelven a la Biología sus notas de campo y a la Física cuántica, sus interpretaciones. El problema no es el “método”, sino el poder que tiene la “ciencia”, donde un grupo decide qué es lo conveniente dejar entrar y qué queda fuera; algunas disciplinas han logrado “colarse” como la acupuntura o saberes ancestrales sobre plantas en la medicina, incluso, esos saberes ancestrales han logrado entrar en la Astronomía.

Entonces ¿Por qué seguimos fingiendo que hay un solo método? Si las Ciencias son un desastre glorioso. Feyerabend nos dejó una paradoja: la Ciencia es la construcción humana que más dogmas ha derribado, pero también es la que más dogmas crea. 


                                 Imagen tomada desde: https://porelfilodesofia.wordpress.com/



Bibliografía.

Feyerabend, P. (1975). Contra el Método. Barcelona: Editorial Tecnos.

"Galileo no tenía pruebas del heliocentrismo, sino una corazonada" https://www.20minutos.es/ciencia/blogs/ciencias-mixtas/galileo-no-tenia-pruebas-heliocentrismo-sino-una-corazonada-5561733/


PD: Este post no fue revisado por pares ni impares. Como todo lo revolucionario en las Ciencias.