martes, 15 de marzo de 2022

¿UN MÉTODO CIENTÍFICO O VARIOS MÉTODOS CIENTÍFICOS?

 

Desde niños nos han enseñado el Método Científico como reglas metodológicas  generales (observación, formulación de hipótesis, contrastación empírica de hipótesis por medio de predicciones, revisión de las hipótesis a la luz de la evidencia empírica), las cuales debemos aplicar al pie de la letra.

Sin embargo, P. Feyerabend sostiene que hay muchos métodos científicos, dependiendo de cada disciplina, que son revisables y cambian con el tiempo y el contexto. Por ejemplo, está el caso de la Biología, la cual tiene áreas de estudios como la evolución que siguen el método histórico.

Hay ocasiones en las cuales no podemos seguir la receta del científico al pie de la letra, no podemos viajar al pasado para, por ejemplo, experimentar con dinosaurios, pero sí se cuentan con otras herramientas como el registro fósil.  Si hablamos de evolución, existen especies extintas, volvemos a lo mismo, la receta no se puede utilizar, pero si recurrir a utilizar otras técnicas que nos permitan acercarnos al fenómeno que deseamos estudiar.

Lo anterior no es exclusivo de áreas vinculadas con la Biología, sino también ocurre con la Astronomía y la Astrobiología; no se ha creado una máquina del tiempo que nos permita viajar al inicio del Universo, ni la tecnología que nos permita visitar un agujero negro; sin embargo, se han creado instrumentos que permiten realizar observaciones, aunque no sean in situ, con las cuales podemos acceder al fenómeno que queremos estudiar.

En los casos anteriores, en que no podemos estar “con las manos en la masa”, experimentando, es que se aplica el método inductivo. Este método lo podemos encontrar en diversos estudios.  Los invito a que hagamos una revisión del método inductivo a partir de un artículo periodístico de la Revista Muy Interesante.

Podría haber un 'anti-universo' retrocediendo en el tiempo.  

Esta “disparatada teoría”, para algunos científicos,  propone la existencia de un anti-universo que ha retrocedido en el tiempo desde antes del Big Bang y que permitiría dar una explicación a la existencia de la materia oscura, una sustancia misteriosa pero abundante que llena nuestro universo (y que conforma el 80% de la materia del cosmos).

Esta teoría sugiere que el universo primitivo era pequeño, caliente y denso y lo suficientemente uniforme como para que el tiempo pareciera simétrico hacia adelante y hacia atrás. De esta manera, existirían paralelamente, nuestro universo que avanza en continua expansión y otro universo gemelo, moviéndose hacia atrás. El tiempo iría al revés, empezando con el Big Bang.

Si esta teoría fuese cierta, la presencia de un anti-universo espejo, podría significar que la materia oscura no sería tan misteriosa, sino simplemente un nuevo tipo de partícula fantasma llamada neutrino y que no existió ningún período de inflación que expandiera rápidamente el universo primitivo.

 

Esta teoría se basa en lo que los físicos llaman las tres simetrías fundamentales de la naturaleza. En el Modelo Estándar de Física de Partículas las tres simetrías son: carga, porque al invertir la carga de una partícula en una interacción resultada una carga igual y opuesta; paridad, porque la imagen especular de una interacción de partículas tendrá el mismo aspecto que el original; y tiempo, porque las interacciones que retroceden en el tiempo tienen el mismo aspecto que el original.

Sin embargo, nunca podríamos acceder a nuestro universo gemelo o anti-universo porque existe "detrás" de nuestro Big Bang, antes de que comenzara el nuestro en el que existimos. Es como si nos encontráramos en una película del universo Marvel centradas en los multiversos.  Por ejemplo, si los físicos pudieran medir de manera concluyente, las masas de los neutrinos, y uno de ellos resulta que no tiene masa, reforzaría en gran medida esta teoría de la existencia de un universo simétrico que retrocede hacia atrás en el tiempo.

Los científicos han podido detectar este “anti universo” a través de ondas de radio (uno de los instrumentos que nos permiten conocer lo que sucede en el cosmos). Es decir, no podemos hacer experimentos directos, de ahí que esto se trate de una investigación científica a través del método inductivo (que consiste en extraer conclusiones de la observación de fenómenos naturales). Si algún día pudiésemos experimentar con el tiempo en un laboratorio sabríamos que hay antes del Big Bang (si es que lo hay), hasta entonces, el método inductivo es lo que nos tenemos para realizar este tipo de descubrimientos.

https://www.muyinteresante.es/ciencia/articulo/podria-haber-un-anti-universo-retrocediendo-en-el-tiempo-881647854103


                                                Créditos de imagen: Revista Muy Interesante. 

Método deductivo.

En el método deductivo colocamos a prueba una hipótesis mediante la experimentación. Los adelantos tecnológicos en el estudio del Universo, han llevado a poder obtener muestras y lograr experimentar o bien, medir temperaturas, longitudes de onda, etc.  

Como se muestra en el siguiente texto, el método deductivo parte de una hipótesis (algunos núcleos activos galácticos brillan con intensidad visible y otros parecen atenuados debido a un agujero negro inmenso rodeado por una nube de polvo y gas que lo alimenta, pero que también lo oculta) e intenta confirmarla a través de la experimentación.


                                                       Créditos de imagen: El Pais.es 

Encontrado un agujero negro oculto en una rosca de polvo cósmico

La observación de una galaxia lejana apoya la idea de que en su interior se encuentran agujeros negros supermasivos con comportamientos similares que condicionan su evolución. Los núcleos galácticos activos, como se denomina actualmente a estos objetos, son regiones del centro de una galaxia que no brillan por tener muchas estrellas; se trata de acumulaciones de polvo cósmico y gas en torno a un agujero negro supermasivo que no es capaz de devorar tal cantidad de materia; las fuerzas gravitatorias y la fricción a las que se somete  el agujero, hacen que se eleve la temperatura y se genere una intensa radiación electromagnética.

La observación desde la Tierra de esa radiación es un fenómeno que ha confundido y a la vez fascinado a los astrónomos. Algunos de estos núcleos concentran luminosidades miles de veces mayores que la de la Vía Láctea en regiones del tamaño de nuestro Sistema Solar y, es precisamente en estos lugares que se han detectado  imágenes de radio en las que hay movimientos que parecen superar la velocidad de la luz.

 Existe  un modelo teórico que intenta unificar a todos estos núcleos, ya que algunos brillan con intensidad visible y otros parecen más atenuados y requieren otros instrumentos para su observación; no obstante, todos tienen una estructura básica: un agujero negro inmenso en el centro rodeado por una nube de polvo y gas que lo alimenta, pero que también lo oculta.

Un estudio publicado en la Revista Nature, da cuenta que un equipo internacional de científicos, liderado por la investigadora  Violeta Gámez Rosas, apoya esta teoría de unificación. Estos investigadores pusieron a prueba esta hipótesis en el centro de la galaxia Messier 77, situada a 47 millones de años luz de la Tierra, en la constelación Cetus. Para tal efecto, se utilizó un instrumento llamado MATISSE, el que puede combinar varias unidades del Telescopio Muy Grande (Desierto de Atacama, Chile).

 Con ese instrumento, se puedo observar el polvo y medir su temperatura a través de la radiación infrarroja, y  se realizó un  trabajo de análisis, el cual que incluyó nuevas imágenes en frecuencias de radio. El uso de estos instrumentos permitió develar lo que ocultaba la rosca (en geometría se conoce como un toro) de polvo y gas que rodea el centro de la galaxia y localizar el agujero negro en su interior.

La naturaleza de los agujeros negros supermasivos con su posición central en las galaxias, su poderío gravitatorio y sus entornos es  un factor crítico para entender la evolución  del universo. Se sabe que Sagitario A*, el agujero negro ubicado en el centro de la Vía Láctea, no tiene a su alrededor un núcleo activo; esto se debe a la cantidad de materia que se encuentra a su alrededor.

El resultado de esta investigación apoya la teoría unificada de los núcleos activos galácticos y propone  que las diferencias de apariencia encontradas en estos núcleos dependen de la posición desde la cual los observamos. Sin embargo, los investigadores advierten que aún es prematuro sacar conclusiones definitivas, este estudio es un primer paso para entender cómo funcionan estos núcleos galácticos activos; al respecto, existe un debate respeto a la relación entre los agujeros negros ubicados en el centro de las galaxias y su papel en la formación de estrellas. Algunas hipótesis indican que  la activación del medio interestelar favorecería la formación de estrellas, otras plantean que los agujeros expulsan el material y otras que un sobrecalentamiento del medio interestelar haría exceder la temperatura ideal para convertirse en un vivero de estrellas.

 

https://elpais.com/ciencia/2022-02-16/encontrado-un-agujero-negro-oculto-en-una-rosca-de-polvo-cosmico.html  

       

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por comentar.
Recibirás pronta respuesta y si lo deseas, información extra sobre el tema.