sábado, 5 de febrero de 2022

NOMENCLATURA DE LOS MICROORGANISMOS. 👀🔬🧫

 El hablar de nombre y género de los microorganismos, lleva inmediatamente al concepto de taxonomía.  La taxonomía corresponde, según Forbes (2009), a un área de la Biología que abarca tres disciplinas interrelacionadas,  las que incluyen la clasificación, la nomenclatura y la identificación de los organismos.

La taxonomía otorga un idioma común mediante la nomenclatura, el cual permite unificar el nombre de los microorganismos (y el resto de los organismos).

Se conocen alrededor de 11 mil  especies de microorganismos  de un billón de especies estimadas en la Tierra (Fuentes, 20202), sin la  taxonomía sería imposible tener un sistema de clasificación, denominación e identificación de estos.

El padre de la Taxonomía es Carl Von Linné. Como señala  Osorio (2021), Linneo fue quien clasificó los entes naturales en tres grandes reinos, reino animal, reino vegetal y reino mineral; incorporando a los “animalículos” en la clasificación  universal de los seres vivos y vislumbró  que podían ser agentes causales de enfermedad.

Cada uno de nosotros es identificado por un nombre propio, que consta de un nombre de pila y el primer apellido. Es así que para nombrar a los microorganismos, la nomenclatura establece una serie de reglas y normas, proporcionando nombres que son aceptados por la comunidad científica y por los cuales los microorganismos  son reconocidos en todo el mundo.

De acuerdo con Forbes (2009), el género y la especie corresponden a los grupos taxonómicos  utilizados por los microbiólogos, dado que las reglas que rigen la nomenclatura microbiana se limita a estas dos denominaciones. Antes de explicar la nomenclatura microbiana, es necesario clarificar qué es especie y género.


                                                                         Imagen 1: Escala taxonómica 
Créditos: https://www.google.com/url?sa=i&url=https%3A%2F%2Fes.wikipedia.org%2Fwiki%2FCategor%25C3%25ADa_taxon%25C3%25B3mica&psig=AOvVaw3SwuWqu7myRtqqtI414N6r&ust=1645739607854000&source=images&cd=vfe&ved=2ahUKEwj11YL355b2AhUOKrkGHcQ4Dt8Qr4kDegUIARDIAQ


Especie y género.

La especie corresponde al  grupo taxonómico más elemental, Forbes (2009) la define, desde el punto de vista microbiológico, como una colección de cepas bacterianas que comparten características genéticas, fenotípicas (aunque causa muchas confusiones y falsos parentescos) y  fisiológicas, las que se diferencian notoriamente de otras especies bacterianas.

Además, se identifican subgrupos taxonómicos dentro de una especie, llamados subespecies y, existen grupos ubicados por debajo del nivel de subespecie que comparten características específicas,  las cuales se designan como biotipo, serotipo o genotipo.

Para Forbes (2009) el género corresponde al siguiente taxón más alto en la escala taxonómica (ver imagen 1)  y comprende especies diferentes que comparten varias características importantes, pero se pueden diferenciar  lo suficiente para mantener su estatus de especies individuales.

Nombremos microorganismos

                                                                        Créditos: Revista Investigación y Ciencia. 

Ahora bien, para nombrar a los microorganismos se utiliza un sistema de nomenclatura binomial “dos nombres”; a cada microorganismo se le otorga un nombre de género y otro de especie  los cuales derivan del latín o del griego. En otras palabras, cada microorganismo recibe un “nombre científico”, el cual se compone en un primer término del género, el cual la primera letra  se escribe con mayúscula y el segundo componente corresponde a la especie, la cual se escribe todo  con letra minúscula.

Como lo hace notar Arija (2012), el nombre científico (Género + epíteto específico) es exclusivo para individuos de  una especie; en tanto el género puede ser común a varias especies que están estrechamente emparentadas.

Género y especie deben utilizarse siempre de manera simultánea y se escriben en cursiva en la escritura impresa y  cuando se escriben manualmente deben ser subrayados. Por ejemplo los estreptococos  Streptococcus pneumoniae, Streptococcus pyogenes; también es válido abreviar usando la primera letra mayúscula del género seguida por un punto (.) y el nombre completo de la especie (el que nunca se abrevia); por tanto el ejemplo abreviado seria: S. pneumoniae, S. pyogenes.

Para saber más visita: https://www.youtube.com/watch?v=JbilNLxpnWE

Cabe señalar que los nombres científicos de los microorganismos pueden cambiar, ya que el sistema de clasificación e identificación están en constante revisión; es así que una especie puede cambiar a otro género  o se le puede dar  el nombre de un género nuevo. Estos cambios están documentados en el International Journal for Systematic Bacteriology.

En el caso de existir los cambios antes citados,  se utiliza la designación del género nuevo, pero se continúa empleando la designación anterior entre paréntesis, tal es el caso de  Stenotrophomonas (Xanthomonas) maltophilia.

Arpajón et al. (2014) indican que actualmente no existe un manual especifico donde se agrupen todos los aspectos de gramática sobre los nombres de los microorganismos; sin embargo, en el Código Internacional de Nomenclatura Bacteriana  se encuentran directrices que deben ser consideradas a la hora de escribir correctamente el nombre de los microorganismos.

Sin embargo, la historia no termina acá...

Claros y Comín (2021) se preguntan ¿Qué hacer si microorganismos se nombran en latín y se acompañan de artículo? ¿Los Clostridium y las Bifidobacterium o Clostridium y los Bifidobacterium? Revisando la literatura, los científicos se ahorran la dificultad de preceder el nombre de una bacteria con un articulo y  solo se refieren a su nombre científico. Fernando  Navarro en su artículo “Problemas de género gramatical en medicina”, plantea que en el idioma español el artículo que acompaña a un nombre científico  de un microorganismo, como por ejemplo  una bacteria se asigna a partir del género en latín, donde el  femenino se conserva y el masculino o el neutro en latín corresponden en español al  género masculino. 

Sin embargo, existen excepciones a la regla, tal como plantean Claros y Comín (2021)¿Por qué en el segundo caso si en latín es de género neutro en castellano es femenino?  Con todo esto quién se atreve a elegir el género del artículo que acompaña al nombre científico.

(Con razón no colocan el artículo anteponiendo el nombre de las bacterias ¿o los bacterios? en los paper…) 

 

 

Fuentes:

Arija, Carmen M. (2012). Taxonomía, Sistemática y Nomenclatura, herramientas esenciales en Zoología y Veterinaria REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria. 13(7).

Arpajón, Y., Rodríguez, M., Sosa, L. (2014). Habilidades lingüísticas sobre nomenclatura microbiana en profesionales de la salud. Educación Médica Superior. 28(2), 190-198.

Claros, M., Comín, P. (2021). Artículo definido y nombre científico de los seres vivos: la extraña pareja. Panace@, 22(53). https://www.tremedica.org/wp-content/uploads/panacea21-53_05_Terminologia_02_ClarosDiaz_CominSebastian.pdf

Forbes, B. (2009). Bailey  y Scott: Diagnostico microbiológico (12ª ed).  Cap. 1 Taxonomía microbiana.  Médica Panamericana

Navarro, F.  Problemas de género gramatical en medicina. Tomado de: http://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/42/navarro.htm

Osorio, C. (2021).  Nota histórica. Revista Chilena de Infectología. 38 (6),793-797


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