sábado, 8 de enero de 2022

DE PANDEMIA EN PANDEMIA.

 

Remontémonos hacia el 10 de agosto del año 2010, día en que  la Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declara al mundo que se levanta la alerta pandémica, tras superar la pandemia  causada por  virus de la influenza A (H1N1) iniciada el año 2009,  dando inicio al período post-pandémico. Desde este momento,  el virus de la influenza A (H1N1) se comportaría como un virus estacional, con el cual en adelante debemos aprender a convivir ya que continuará circulando en los próximos años y con diversas mutaciones.

Según lo anterior,  desde 2011 se han reportado diversos brotes en América  y Europa, aunque limitados a regiones geográficas específicas, motivo por el cual las diversas autoridades deben estar alertadas y preparadas para actuar activando los protocolos formulados durante el periodo pandémico.

Por su parte, en Chile, el  MINSAL  en su informe de Influenza Semana Epidemiológica 1 a 52 de 2011, reportó que pruebas moleculares confirmaron un virus de influenza triple recombinante (influenza A (H3N2) (SOtrH3N2) con el segmento M del gen proveniente del virus pH1N1.

UN  SÚPER NÙMERO.         

Durante el contexto de pandemia, destacó un número usado  en salud pública, hablamos del número reproductivo básico (R0), el cual sirve para estimar la velocidad con que una enfermedad puede propagarse en una población. Además, este número permite predecir el porcentaje de individuos que enfermarán durante un brote en una población dada; siendo este último el parámetro que se pronostica de forma más aceptable mediante las estimaciones del R0.

               Esquema 1: Intervenciones para controlar una pandemia con reducción del RO.

El R0 también se puede aplicar provechosamente para pronosticar (en un modelo simple), la duración de una epidemia (figura 1), dado que  tanto el RO como el tiempo que transcurre entre la incidencia acumulada de 5% y la de 95% no dependen de N.

Figura 1: La dependencia de la duración de la epidemia con respecto la tasa de transmisión en un modelo SIR


En conclusión, la estimación del R0 en una población puntual  es útil para entender la transmisión de una enfermedad en ella. Si se considera el R0 en conjunto con otros parámetros epidemiológicos importantes, permite conocer mejor un brote epidémico y preparar la respuesta sanitaria. No obstante, el R0  por sí solo es una medida insuficiente de la dinámica de las enfermedades infecciosas en las poblaciones.

Solo queda esperar que la actual pandemia por COVID-19 siga el mismo curso que la pandemia por A (H1N1).

 

Fuentes:

Ridenhour, Kowalik, Shay.   (2018).   Am J Public Health December; 108(Suppl 6): S455–S465. Spanish. doi: 10.2105/AJPH.2013.301704s

Ministerio de Salud Chile.  (2011). Informe de Influenza. Semana Epidemiológica 1 a 52 

 


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